lunes, 8 de julio de 2013

Recomiendo visitar la cueva de Valporquero

Después de tres vueltas al mundo en varios días, y sin incluir las noches, voy a volver a escribir mis genialidades en este blog tan maravilloso para poner a caldo a toda la gentuza que pulula por ahí. Entretanto, recomiendo volver a la alpargata de esparto que está a buen precio en el mercadillo de Bollullos de la Mitación. De nada. 

domingo, 3 de octubre de 2010

De cuando Terscht, Sánchez-Dragó y Dávila babean por Sol esquina Carretas


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A ellos lo que les gusta es el tintorro de garrafón, el morapio peleón con sabor a mole poblano con aromas de alcantarilla. Puta escoria. Por las noches, salen en bandadas con las braguetas abiertas dispuestos a enseñar el canutillo a quien les eche un piropo retrechero mientras se tocan los huevos en la esquina de Sol con Carretas. Si os dais una vuelta a eso de las cero horas dieciocho minutos os podéis encontrar al Hermann Terscht, al Sánchez Dragó y al Carlos Dávila echando la vomitona después de haberse entrevistado con el Francisco Granados, ya que a la Esperanza Aguirre la molesta mucho el olor a chotuno que despiden esas putas escorias. Eso es lo que pasa: les recibe el Granados, les da la consigna, les pone tibios a etílico del barato, les mete el talón por la entrepierna y les manda a bramar contra todo lo que se pone por delante y, sobre todo, por detrás. Cada uno tiene su papel, y por eso les jode que el otro sea más cabrón que uno mismo, y que además reciba una dosis mayor de insultos y patadas en los huevos por parte de la mafia que mangonea en el gobierno de la comunidad de Madrid, de donde se nutre toda esa chusma. Aguantan lo que les echen, porque si no fueran tan hijos de puta nadie se acordaría de ellos. Viven para la ofensa y la gracieta fascista, disfrutan con la infamia que es lo que les da de comer.
Cuando están como cubas, hacen lo que se les manda, como esbirros que son : ponen a parir a los socialistas, piden que a los sindicalistas les acribillen como al Mono Jojoy (hay que ver la cara de canalla putrefacto, baba incluida y voz aguardentosa, que se le pone al Terscht cuando quiere que a Méndez y a Toxo les pase como al Mono Jojoy), dicen, porque les sale de su mente perversa y criminal, que Jaime de Marichalar es cocainómano, insultan como posesos a los trabajadores, ridiculizan al sastre que le ha pillado al sinvergüenza de Camps con las manos en el pudridero valenciano, se cagan sus muertos con tal de sacar tajada del erario público y de Telemadrid, que les alimenta para que actúen como hienas. Escriben con el culo, son indecentes, vulgares ratas de cloaca…pero viven de puta madre a costa de Esperanza Aguirre que los utiliza como perros de presa. Nunca les oiréis hablar de la corrupción del PP, porque forman parte de ella y de ella se alimentan como aves carroñeras.


sábado, 6 de febrero de 2010

Volver a Espartero mola un huevo


Me lo decía mi abuelito, me lo decía mi papá, me lo dijeron tantas veces que no lo pude olvidar. Y mira por dónde el otro día, cuando más afanado estaba en la recogida de las moras que inundan el corral de mi vecina, me vino a la mente la historia de aquel pobre hombre que vagabundeaba por la orilla del Alberche sin atreverse a mirar a las oropéndolas que hacían el amor de continuo mientras la cuñada del capataz de Cebreros cortaba el tocino para el cocido. No había más en la pringá: ni carne, ni morcilla, ni oreja, ni adobo. Ná.

Sin embargo, menuda estampa aquella la de aquella mañana del aquelarre que de pronto se montó con la llegada del subdelegado del gobierno, que por cierto es bastante gilipollas y que siempre quiso ser superdelegado del gobierno, encargado de inaugurar, con hisopo incluido, el pilón de lavar a mano, que habia costeado el primo del vicepresidente de la diputación. Aquello sí que eran nuevas tecnologías, avances de primera categoría amén de un huevo de desarrollo sostenible. Se acabaron las lavadoras eléctricas, a tomar por el rasca el jabón en pastillas de clorohidratofenolino, a la mierda los suavizantes de laca liofilizada. Lo que mola a partir de ahora es el delantal bien apretao, la saya en su sitio, como es debido, las enaguas que se noten pero no se vean, las horquillas en su punto, ni más altas ni más bajas, las zapatillas de esparto lavaditas por encima y enguarradas por debajo.

Todo como antaño, como se hacia en tiempos del general Espartero, que para eso era de Logroño donde todo el mundo sabe lo que pasa a las ocho menos cuarto de los dias y fiestas de guardar. Mi prima Patro estaba encantada con la vuelta a la innovación retrógrada que era lo que se llevaba desde que el alcalde de Loeches habia lanzado a los cuatro vientos su famosa cruzada contra la concupiscencia que suponia tener encendidas las luces hasta las tantas, cuando todo el mundo sabe que las luces solo se pueden encender cuando hace sol. Todos estaban supercontentos de volver a ver el pilón del pueblo lleno de mozas y de mozos cantando "La del manojo de rosas", "la tabernera del puerto" y "agua, azucarillos y aguardiente" que me las sé como el padrenuestro.

De ahora en adelante el que manejara un ordenador se iba a llevar dos hostias, las multas iban a ser de aupa para los que se metieran en el Internet, que el diablo confunda, y el que chateara o chatease recibiría cincuenta latigazos en la plaza del pueblo después de la misa de las cinco y media. A partir de entonces todas esas perversiones provocadas por las jodidas nuevas tecnologías iban a desaparecer de un plumazo.

El que quiera divertirse que juegue a las tabas, que haga bailar la peonza, que se ponga tibio al subastao, que tire piedras a las latas de berberechos vacías, que ponga a parir al vecino aunque esté presente y si, de paso, se pone a fornicar sin ton ni son nadie se lo va a impedir porque así hace ejercicio, conoce gente y, sobre todo, se olvida de una puta vez de tanta innovación y tanta hostia. Volver a Espartero mola un huevo. Ese será el slogan a partir de ahora.

martes, 19 de mayo de 2009

Quiéreme un huevo, Paco Camps



El Camps, con peluca gitana pa disimular, recibiendo otro regalo del Bigotes, mientras le mira los huevos


Estoy en un sinvivir desde que Paquito Camps comenzó a dar rienda suelta a sus quereres. Mi prima Chelo y yo, además de Candelas y su tía Patro, sabíamos a pies juntillas que Camps era como los osos amorosos, todo cariño, todo candor, todo apego desinteresado a los arrumacos que de aquí y de allá, desde Vinaroz hasta Orihuela, pasando por la Plana de Castellón, incluyendo a Fabra y sus pesticidas, le hacen de cuando en cuando los valencianos, en mayor medida que las valencianas, sabedores de que siempre les serán recompensados ciento seis por uno, más todavía de lo que dice el evangelio de lo que decía Jesús en Getsemaní a sus discípulos tan entusiastas con el verbo como hambrientos de pan y de peces.

Pero, Señor, Señor, qué habremos hechos los del Campo de Montiel, los del Aljarafe de Sevilla o los de Rivadavia para que Camps no nos quiera nada, ni un huevo, ni medio, ni cosa que le parezca.

Todos los cariños van para el Bigotes, que tiene una pinta de jeta saborío de padre y muy señor mío. Si, por un casual, fuera al menos elegante, pinturero, resalao y pintiparado como somos muchos en Caravaca de la Cruz, lo podría entender. Si se asemejara a ese petimetre que se parece a Ricardo Costa, antes de que se diera la hostia con el Buga de los 80.000 eurazos, también podríamos hacernos a la idea. Pero no, el Alvaro Perez, el Bigotes, ni es bien plantado, ni se perfuma con ese Varon Dandy que tanto gusta y apasiona a la Rita Barberá, ese pedazo de fallera que se pone a tope cuando le estallan los petardos en el moño durante tres dias seguidos. Nada le provoca tanto chute como eso.

En todo caso, lo que le gusta al Bigotes es zamparse cuatro kilos de paella de una tacada, mientras se rasca los huevos con la mano izquierda y llama por el celular a la prima de Paco Correa para ver si le monta un chiringuito en Villanueva del Pardillo, como cuando el macarra de Miguel Ángel Rodríguez, que eructa más que habla y cuya cretinez es inversamente proporcional a la mirada cándida de Cospedal, le montaba unos saraos al Aznar y la Botella de puta madre, mientras el Agag se quitaba de la boca las sobras del chorizo con un palillo y le miraba el culo a la última pelandusca del Berlusconi.


Mira por dónde, ahí está la perdición de Camps, en haberse declarado amante empedernido del Bigotes, cuando a quien quiere el Bigotes es al Granados de la Birola de Entrevías, porque ese sí que tiene pasta gansa, se está haciendo un chalet de la hostia por la jeta en Valdemoro, espía que te cagas y encima compra la ropa en el rastro a precio de Forever Young. “Hace falta ser gilipollas”, se lamenta cada dia el Camps. “A quien se le ocurre vestir de traje de Milano cuando a mi lo que me gusta es la barretina catalana y la faja de los Monegros, que es lo mejor que uno se puede poner para mandar al Fabra a tomar por el culo y comer migas de Teruel con salmorejo de Canarias, que es lo que a mi me gusta”. Y tiene toda la razón. Otro gallo le cantaría al Camps si en lugar de enamorarse del Bigotes se hubiera enamorado de Labordeta, hostia.


Y que no me venga mi idolatrada Merche Pallaresi di Calabria con lo que los gitanos idolatran al Camps. Parece mentira que una dama de tanta alcurnia y prosopopeya no se de cuenta de que en estos momentos el Paco Camps está pagando de su bolsillo a todo quisque para que le ideolatre allá do vaya. Y en eso los gitanos son muy suyos: ante un bocata chistorra del Camps envuelto en papel de Milano, con promesas de ponerles un piso en la Malvarrosa a prueba de Calatrava, son capaces de cualquier cosa. Y si no, que se lo digan al Hermano Fabra, el del calzoncillo de azulejos, que ha comprado a medio Castellón a base de alicatarles los huevos. Gratis, por supuesto u of course que dice Ricardito Costa, ese pijo estructural que cuando habla suena a hojalata rancia o a moco revenido, mientras se hace pelotitas en la nariz con el dedito que le ha quedao ileso después de la hostia con el Buga de 80.000 euros. A ver si estamos donde hay que estar, cohone.

jueves, 5 de marzo de 2009

Juntémonos en Arrigorriaga para parar a los de Madrid

La del alba sería cuando el cuñado de Urkullu llamó a la puerta de Sabin Etxea pensando que habia una juerga de padre y muy señor mío. Con la boina calada hasta el entrecejo, la cachava ennegrecida por el paso del tiempo y el manoseo incesante, el pitillo encajado en el labio superior y apagado ya desde el dia anterior, y tras haber dejado la cabra atada al chisme de la ORA, Joseba nunca pensó que su primo carnal, con el que habia compartido muses a diestro y siniestro, aunque en lo de mover piedras el Iñigo era una calamidad, no le recibiría con las manos abiertas para ofrecerle unas kokotxas al sirimiri, que le quedaban de puta madre después de cada contienda electoral. Joseba no habia venido por su pie. Le habia traido desde San Juan de Gaztelugatxe el guarda de la fábrica donde habia trabajado hasta que una jodida esquirla se le metió por la nariz y le dejó algo averiado para olfatear a los hijos de puta que de vez en cuando le pedian prestado para pagar el viaje a los parientes de los cabrones que estaban en las cárceles de Andalucía o de Martutene. A él nunca le habia gustado esa chusma que asesinaba y robaba a esgalla, pero estaba de acuerdo con el Arzallus de que nos bailaban el caldo de puta madre. Juntos si, pero no revueltos con esa gentuza.

Por eso, habia decidido venir con alguien porque la tajada que se pensaba agarrar con su primo el Urkullu por el pedazo victoria que se preveía conmemorar el vigésimo cuarto mandato del Ibarretxe en Ajuria Enea iba a ser de órdago a la grande. Se tomarían catorce litros de txacolí, tres kilos de bacalao al pil-il, dos y medio de marmitako y con todo eso se irían después a echar la supermeada al Puente Colgante, leré, leré, que es el más elegante que hay en Bilbao, riau, riau, oye tú.


Pero, joder, es la hostia, pues. Mira que estos cabrones de Madrid le quieren quitar otra vez el momio al lehendakari, que tiene ya ochenta y nueve años y que lleva de toma pan y moja desde los treinta. Es que no hay derecho, joder. El Urkullu ha dicho que va a llamar a la Brunete y al Quinto de Caballería para que ponga en cintura al chaval ese de Cizurkil que es del PSOE, pero que parece de Madrid, porque todos los del PSOE son de Madrid, hostias, aunque sean de Andoain y su puta madre. Pero, menudos huevos tiene mi primo el Urkullu que hoy me ha dao plantón, porque está con los elefantes del PNV, pero que le entiendo porque a estos de Madrid, que son insaciables, hay que freirlos a hostias, pa que se le quiten las ganas de joder la marrana con lo que siempre quieren los de Madrid.

Por eso no me voy a cabrear. En lugar de volver al pueblo, voy a montar una tienda de campaña en Arrigorriaga con catorce del peneuve que me conozco y que son la hostia, tío. Vamos a montar una vigilancia que te cagas, para que cada vez que aparezca uno de Madrid, gorrazo que te crió. Y si no es de Madrid como si lo sería. Porque mira que si es de Cuenca o de Albacete, y quiere pasar para tocarnos los huevos a los de la cabra vigilante. Pues, ni hablar. Aqui no entra ni dios que no sea de los nuestros, porque para eso no hemos cambiado las llaves de Ajuria Enea al enterarnos de que los de Madrid habia hecho copia. Mi primo me dijo el otro día que se podrían apuntar Carod Rovira y la mujer de Pujol, que los tiene como el caballo de Zumalacárregui, y no como el de Espartero que dicen los de Logroño, y que también parecen de Madrid o sus alrededores.

Hay que ser mala gente y tener podrida ambición por el poder que les corroe, tú, con lo que nosotros hemos hecho por este pais sin dar un puto palo al agua, sólo con llorar, colocar al Madrazo en el machito, tomarnos unos vinos peleones con los de Batasuna, que se venden por cualquier chorrada, y, sobre todo, con poner a parir a los de Madrid, para que ahora vengan cuatro desarrapaos de Madrid, que además no tienen ni puta idea de cortar leños y levantar piedras, y nos quieran quitar el chollo que hemos tenido durante ochenta años y que vamos a tener hasta que los cerdos vuelen con anteojos. Nos ha jodido. Yo de aqui no me muevo hasta que mi primo me diga que los de Madrid se han ido a tomar por el culo.

sábado, 14 de febrero de 2009

De cuando los espias espiaban a Soraya

Hay que ver la de disgustos que me evité por comprar a tiempo una buhardilla de 19 metros cuadrados en el barrio de Cojoncillos Alto, a catorce kilómetros y medio de donde voy todas las mañanas a comer el bocadillo de chistorra, a uno veinte más cafe con churros incluidos. Todos querían convencerme de que hacía mal negocio, que lo de la buhardilla no era para mí, que aunque soy pequeño y gordo me muevo mucho por las noches, que las bajantes estaban jodidas, que un octavo sin ascensor es pa cagarse, que lo mio era seguir de alquiler en la pensión de Leganitos, donde compartía habitación con uno de Carabañas, que de vez en cuando recibía unos chorizos cojonudos de su pueblo que compartiamos con el yerno de la patrona a media tarde. Pero, la verdad, es que acabé de los chorizos esos hasta los huevos, porque tenian una pimienta verde que olia a chotuno y además en cuanto pasaban dos días ya no servían ni para calentar la estufa.
Así que un dia a las tres de la mañana me cogí y me compré la buhardilla por la cuarta parte de lo que me pidieron y allí me instalé con mi sofá de sky amarillo, con mi perchero de seis brazos, con mi alfombra de catorce nudos por pulgada y con mi estantería con dos libros y catorce folios. Un patrimonio acojonante, como puede colegirse. Pero por fin, podia ser libre, podia roncar hasta decir basta, pensé, mientras preparaba una fabada por todo lo alto, con chorizo de Cantimpalos y morcilla de Cabueñes, para celebrar la efemérides y antes de que llegara la Candelas, que me dijo que queria inaugurar la buhardilla con media botella del Gaitero, que le habia sobrao de Navidad. La de dios, me dije, voy a ser más feliz que el machaquito.
No habian pasado ocho minutos desde estas cavilaciones cuando de pronto llamaron a la puerta. Intrigado y en batin, crucé los 37 cms. que hay desde el perchero hasta la puerta y me aproximé al pomo de la cerradura porque no habia mirilla ni nada parecido, y aguzando el oido intuí que no era la Candelas la que reclamaba mis respetos, sino una mujer de voz chuchurria, que no paraba de dar patadas a la puerta, mientras con la mano derecha se rascaba el entrecejo, a la espera de que el menda le dijera una palabra bonita de las que suele utilizar en las grandes ocasiones, tal y como me enseñaron los hermanos escolapios a hostia limpia. A mi esa cara me era conocida, pero no era de Leganitos, ni de Puente de Vallecas ni del Pozo ni de Ciempozuelos.


Era de no se sabe dónde, pero enseguida me dijo que se llamaba Soraya, que era muy, pero que muy, amiga de Moragas y de su mochila, que conocía de vista a Rajoy, que no soportaba el desodorante de Ana Botella, que no sabia dónde se habia dejado el paraguas antes de ayer, que no sabia si habia pagado la cuenta de la lavandería, que habia olvidado cómo se preparaban las cocochas con salmorejo, en fin que estaba hecha un lio, que no se veia en su sitio y que necesitaba protección. Lo suyo era una emergencia de la hostia, una cuestión de vida o muerte, un cataclismo de campeonato. Su vida peligraba, su hacienda le importaba un bledo, su permanente podia esperar.... pero, por favor, ábreme, vecino de Carabañas, amigo de Candelas, flor de Leganitos.... no permitas que me encuentren Granados y sus tipos de la gabardina, que empiezan a meterte mano y al final todo se lo cuentan a la bruja de la Espe, la Birola de Entrevías, que se pone los videos en las noches de luna llena para entrar en trance la cacho cabrona. Me entristecí un huevo con esta historia, y aqui estoy en la puta calle de nuevo mientras la Soraya se resguarda en mi buhardilla sobre la alfombra de catorce nudos por pulgada. Es maravigliosa, tú. Su carita, como se ve en la foto, me suliveyó. Creo que me he enamorado de su tobillo.


viernes, 9 de enero de 2009

Hasta los mochilones estoy del Paris-Dakar de Argentina


No son muchas las ocasiones que he tenido en los últimos setenta y nueve años para explayarme tan a gusto como lo hice el otro día mientras miraba por la barandilla de la playa el amor apasionado de las putas gaviotas, que sin recato alguno y en pelota picada no hacian más que hacerse carantoñas mientras se me atragantaba el bocata chipirones que me habia comprado en un jodido bar de Gijón, a donde habia ido para lanzar la cometa aprovechando un viaje gratis y el viento que los pronósticos de Radio Calahorra decían que iba a haber.
Ni viento ni madre que lo parió. Allí estaba yo como un gilipollas mirando la playa que estaba hecha una mierda y desesperao porque la jodida cometa se habia agarrado a una farola de diseño y me la habia partido en catorce trozos por lo menos. La verdad es que en mi desesperación estaba dispuesto a todo, hasta comprarme una moto para largarme al Paris-Dakar ese de Argentina, que me habian dicho en Carabanchel que necesitaban refuerzos porque ni dios iba a acercarse por aquellas lejanías, donde si se te pincha una rueda te la arreglan con pegamento imedio, y yo por ahi si que no paso. No lo pensé dos veces.
Como tenía 34, 26 euros en la cartilla me arriesgué a comprarme la moto, que el tipo de la tienda no me quería vender hasta que le convencí que mi horóscopo me habia dicho que iba a quedar el catorce del Paris-Dakar y que con lo que ganara vendiendo rosquillas en la Patagonia, que no tienen ni puta idea de rosquillas de orégano, me iba a forrar. El tio me creyó, me vendió la moto a cuenta, le puso un pañito en el depósito de la gasofa pa que el motor no se gripara y de puta madre.
Tardé dos meses en llegar con la moto a Buenos Aires, que estaba lejos de cojones y además no tenía relojes en ningun sitio. Pero eso a mi me la suda. En cuanto llego a un sitio que no tiene relojes, me compro dos guantes para la moto y de puta madre.
Cuando llegué al sitio que tenia que llegar habia por lo menos 567.854 gilipollas apuntándose a las carreras, la mayor parte de ellos con unas motos de mierda, por lo que limpié la cadena y los bajos de la mia dispuesto a quedar por lo menos el 346 y pasarle al de Gijón el diploma por los morros. Pero, joder, qué buena suerte la mía, que siempre me persigue, acecha y acosa cuando canta la calandria y el somormujo se debate entre el ser y el que será, será, como la Doris Day en el hombre que sabia demasiado. Soy un tio con suerte y eso mis amantes nunca lo han reconocido, quizá porque soy mejor amante de lo que ellas hayan esperado nunca.
A los tres dias me encontré con uno de Argamasilla de Alba, de poco más de metro y medio de estatura, que se habia comprado otra moto amarilla en Gijón e hicimos una amistad de la hostia. Tras zamparnos dos lechugas con alcaparras, diseñamos un negocio verdaderamente austral y de auténtica alianza de civilizaciones. El pone la pasta y yo el tenedor y el cuchillo cachicuerno ue me he llevado para trinchar el cordero patagónico. Como veíamos que ibamos a ganar de calle el Paris-Dakar de los cojones y nosotros tenemos muy buen corazón, no hemos querido acojonar a la concurrencia, y nos hemos montao un sitio pa comer fabada y cochinillo que está haciendo furor, porque a mi la fabada y las orejas del cochinillo en su jugo se me dan de puta madre.
¿Que de dónde saco las fabes y el compango, on morcilla de Calatorao y tocino de Bollullos de la Mitación? Pues muy fácil, tíos. Mi socio de Argamasillo y yo hemos montao un puente aéreo entre Argamasilla, Gijón y la Patagonia para importar la masa crítica de la fabada y nos estamos haciendo de oro. Todavía no he pagado la moto ni falta que hace, pero me he comprao una chupa de cuero para bailar salsa tanguera por las noches que me ha convertido en la atracción sexuá de la Patagonia y alrededores.De cochinillos no queremos saber nada. Por estas tierras no les saben pelar como es debido y eso a mi me recuerda a mi abuela de Madrigal de las Altas Torres y lo paso jodido de verdad. Mientras tanto, y sin amantes, nos limitamos a contar estrellas y carabancheles. De puta madre, ¿no?

domingo, 21 de diciembre de 2008

Cuidado con la rifa de la Plaza de Colón el dia 28

Nunca sospecharía Rouco Varela que era espiado con mucho sigilo cuando pisaba con saña y mala uva los bellos nardos del Parque de Maria Luisa, pensando que así podría vengarse del dolor de tripas que le produjo el nardo en alcanfor que se zampó en el desayuno de su primera comunión. De ningún modo podía quedar impune ese maltrato a las plantas que tanto deleitaron a la Infanta Mercedes cuando daba sus saltitos de enamorada de la mano de Alfonsito XII y que, pasando los años, iban a embriagar aún más los sentidos enardecidos y voluptuosos de la Gran Duquesa de Alba que aprovechaba la floración de los nardos para lanzar sus gorgoritos a ver si algún incauto se dignaba ponerle el anillo de desposada. Al final lo consiguió y no vean ustedes la de juego que dio la señora a la manivela del buen vivir.


Y sería precisamente Cayetana, ya cuando demudó la faz cristalina en tez macilenta y churrigueresca, la que se enteró de las fechorías de Rouco Varela y lo mandó vigilar para tomar buena nota de la catadura del personaje y ponerlo en conocimiento de la autoridad competente cuando fuera menester. Y no tardó en aprovechar la ocasión para satisfacción de la Duquesa, que así se lo hizo saber a su nuevo novio, ese que con pinta de maletilla trata de dar el braguetazo del milenio ahora que a la chica de la melena tupida se le va la olla cantidad mientras no gana para disgustos cuando ve a sus vástagos jugarse las perras con Paco el Pocero y el Dioni en una tasca inmunda de Villaverde Bajo los sábados a las cinco de la madrugá. Así se le iban los caudales de la Casa, mientras el novio maletilla mostraba sus deseos de que quedase algo para cuando le tocase. Hasta los huevos estaba de los manirrotos hijos de la Duquesa, pero se aguantaba porque no tenía otros pitos que tocar.


Llegó su oportunidad. Una tarde de junio, el Rouco andaba de furtivo por el Parque a la caza del nardo cuando el maletilla lo divisó y en ese momento le lanzó el rotweiler de la Casa de Alba, que fue directo a la pantorrilla sin piedad alguna. No tuvo tiempo el Rouco de reaccionar y lo pasó jodido según cuenta en la sacristía de la parroquia de Galapagar, donde acudió tras el incidente para hacerse una cura de oportunidad, de esas que dejan huella.


Desde entonces anda que no sabe por dónde le da el aire ni la brisa marinera. Lo suyo es un cabreo monumental y un odio sempiterno a los “gorrillas” que aparcan coches en la Alameda de Hércules a los que atribuye lo del rotwailer de los cojones. Pedro Castro ha tratado de tranquilizarle con su habital diplomacia, pero no lo consigue. También lo intenta Pepe Bono, con baba incluida, tan habitual en él, pero nanay. Por eso ha recurrido en la desesperación al Kiko Argüello para que le monte unos saraos de puta madre en la Plaza de Colón de Madrid, y que no tienen nada que ver con la familia, ni con el municipio ni con el sindicato, sino con una rifa para sortear un viaje a Quintanar de la Orden a quien acierte de forma más precisa quién es el hijoputa que le embiscó al rotwailer y le dejó la pierna pal arrastre, impidiéndole en lo sucesivo maltratar a los nardos sevillanos, que están encantaos por la noticia. Hasta está dispuesto a invitar al Tardá pa que suelte el mitin y se cague en algo serio. Todo vale pal espectáculo


lunes, 1 de diciembre de 2008

Cuando me pisan los nardos me acuerdo de Rouco y sus pantuflas


No tenia ni idea de la afición de Rouco Varela a pisar los nardos del parque de Maria Luisa. Cada vez que va de incógnito a Sevilla bien para poner a parir al Betis, ponerse morao de manteca colorá o subirse a la Giralda para ver desde arriba lo grande y esbelto que era el alminar de la mezquita almohade que destruyeron sus cabestros ancestros, se larga el tío al anochecer al parque que está hecho unos zorros y se pone a pisar los nardos, luego se mea en ellos, como hace Fabra el Mafias en la sede de Izquierda Unida de Castellón y como le gustaba hacer al Zaplana después de montarse 745 veces con su jeta habitual en la noria de Terra Mítica. Nunca entenderé porqué Rouco tiene esa manía con los nardos, y no se ceba el tío con las hortensias, las alcachofas o los jodidos crisantemos que están a tiro cuando a ese tío le da por acercarse a Sevilla a dar rienda suelta al vicio de "voyeur" que le ha inculcado Pequeñín Cañizares, el cura mandamás de Toledo y sus cigarrales, tan aficionado él a ver el canalillo de las damas toledanas en la misa de doce del Corpus.

Me he enterado el otro día de casualidad, de viaje por los Madriles y después de ver a la Espe en calcetines. Lo que le jode a Rouco de los nardos es que el capullo del Kiko Arguello no ha puesto un puto nardo en las vidrieras espantosas que el pavo ha pintao en la Almudena y por las que se llevó una pasta, que utiliza en saraos varios a domicilio. El Kiko ha pintao de todo, casullas, monaguillos, capullos en actitud petitoria, pedigrís agilipollaos, palomos cojos, luciérnagas furiosas, calandrias resentidas, agapornis lubrantes, rododendros pata negra, estulticias amorosas, requiebros enfervorecidos. Pero nardos, no. Y eso Rouco es que no lo puede soportar, ya que cuando hizo la primera comunión en el desayuno le pusieron nardos en alcanfor y quedó tocado para siempre. Y es que te ponen en la primera comunión un nardo en alcanfor y acabas amargao, resentido y con mala hostia toda la puta vida. Por eso, después de cargarse los nardos en el Parque sevillano el muchacho se disfraza de nardo capuchino y le pueden dar hasta las tantas haciendo el gilipollas de la guisa de la foto que le sacó el Kiko en una noche de farra y ludibrio en los bajos fondos hispalenses.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Aznar ofrece a Bush ser portero de noche de la FAES


De esta guisa y circunstancia quedóse Chorchito Bush, también conocido como el macarra de Crawford, cuando a los veintiseis minutos de terminar la timba de Washington, y después de que el chico de Sonsoles se fuera con la silla pegada al culo por si acaso, Aznar le ofreció hacerse cargo de la vigilancia nocturna de la Farándula de Amargaos, Estreñidos y Siniestros (FAES para los de la banda) que, por lo visto, preside el tipo que compatibiliza un bigote lacio y viejo con una melena negra y bruñida con aceite de jamelga.

"Es que no me lo puedo creer. Hacer eso por mí. Es que no me lo merezco. Este Ánsar es hipermaravilloso. Le adoro", dicen que dijo Bush a Murdoch, que ya le habia comentado a la Condolezza que "mi capullito de alhelí" o "el que me limpia los zapatos y dice lo que yo quiero", como le llama al tal Aznar, iba a tener un gesto de puta madre con el señorito de Guantánamo, después de los favores que le habia hecho dejándole comer galletas, cortar árboles y poner las patas encima de la mesa como le habia enseñado su papá, que a su vez lo habia aprendido de Donald Rumsfeld cuando éste se la pelaba compulsivamente después de darse el pico con Sadam Hussein y los talibanes antes de que todos ellos fueran considerados unos hijos de puta a los que había que eliminar para distraer la atención.

Al enterarse Laura, esa abnegada dama que es capaz de darlo todo, menos el rosario de su madre, por su borrachín de otrora, no le hizo ninguna gracia. Más aún, la descompuso de tal forma que todavía con la bacinilla anda. "¿Pero cómo vas a ir de portero de noche con semejante cretino, que además le huele el sobaco y tiene una mujer experta en decir sandeces, y que no para de meterse los dedos en la nariz mientras se rie como las hienas?, Ni hablar. Tú a la FAEs no vas ni en pintura. Tú a cortar árboles, a comer galletas y a capar pollos, que se te da de puta madre". Pero Bush no se resignaba a tener que dedicarse a esas chorradas cuando, a pesar de las almorranas cerebrales que le aquejan, se daba cuenta de que en la FAES podía montarse unas juergas del copón y de paso resolver problemas de los que estaba hasta los huevos.

Por de pronto, le permitía evitar que los de Guantánamo le cosieran a hostias después de que Obama y sus parientes cerraran la cárcel que se habia montado para que el Cheney se forrara con la venta de pijamas y cadenas; también le permitiría llevar a toda la banda de los neocons, incluidas las suegras, a los Madriles, donde podrían estar a salvo cuando se descubrieran los chanchullos y corrupciones a las que se habian dedicado durante ocho años, con la posibilidad de destinar los beneficios de sus mordidas y comisiones al negocio de los sex shops que, aunque estaban de puta pena, podrían relanzar con las pelis sado-maso que se habian traido de Abu Graib y de otros sitios de los que tanto le gustaba a Bush hablar con Aznar, con Blair y sus respectivas maromas. Cuando se juntaban las tres parejas a ver esas atrocidades la juerga y el amachambramiento, como diría el Umbral, estaban garantizados.

Al escribir esta crónica, ese tontito de baba y bragueta al bies todavia se lo está pensando. Por eso lo advierto para que cuando a partir del 20 de Enero la banda de los Bush aterrice en Madrid para hacer de mamporreros de la FAES los madrileños y las madrileñas se guarden la cartera y las intimidades a buen recaudo, ya que se avecina una peste que puede hacer estragos en los altos, medios y bajos fondos de la capital. El que avisa no es traidor, ¿eh?

jueves, 20 de noviembre de 2008

Carmela ha perdido la razón con su nuevo zapatero


Pero es que no para de decir: "mi carro me lo robaron cuando en él yo más creia/mi lumbrera la apagaron cuando ya acababa el día". Está inconsolable y no sé que hacer. No para de dar saltitos en la playa pidiendo que venga Guerra. Lo he intentado todo, he llamado a Ruppert, a Güemes el de la Aguirre, a la cuñada de Fabra el de Güemes, a la Aguirre de Tamayo y Saez, al primo de Caldera, a la sobrina de Leire la Pajín... y nada. Es la hostia. Nadie me ha sabido dar después respuesta a mi desconsuelo cuando veo a mi Carmela comparando a su Zapatero con Chiquito de la Calzada y con el Paco Gandía.


Pero cuidao que es lista. Ya lo barruntaba cuando le compró la silla al Sarkozy pensando que se la habia regalao y que la iba a tener hasta que las ranas cantasen el Aleluja de Haendel. Un día, a las cuatro y doce de la madrugada, tras regresar de la depilación me dice: " Mi Zapatero se ha comprao una suela nueva y va a resbalar de cojones". "Que no, hostias", le dije yo, "que la suela no es nueva, que está recauchutada en un comercio de los chinos, que la han visto a la Sonsoles entrar a comprar cedés para recopilar las obras completas de Juanito Valderrama y de Antonio Molina que son sus ídolos desde que su Choseluis papaba moscas por el barrio húmedo de León sin tener ni puta idea de dónde iba a comprar el décimo de la Loteria, porque sabía el jodío que si no le tocaba la lotería iba a ir de culo y cuesta abajo". ¿O es cuesta arriba?. Joder, que me he hecho la picha un lío con esto de la Sonsoles y los chinos.


A final, caguenlaleche, he tenido que darle la razón a la Carmela, porque cada vez que oigo en Radio Pirenaica, conectada con el Canal Digital de la Babia en onda corta, que su Zapatero ama a Bush y a los Usa de la época de Bush, manda a tomar por culo la Ley de la Memoria Histórica, se pasa por los huevos la de la dependencia, dice que los trasvases son la rehostia cuando antes se la sudaban, invita a Corbacho a carajillo con el Botín, al que da las perras de los demás, dice al chorbo de la Bruni que si quiere que le limpia los congojos gratis y chorradas por el estilo, se me pone un comecome en el esternocleidomastoideo que me pone a ciento diez por lo menos. Menos mal que estoy pensando contratar un tapicero para que me prepare una silla de catorce metros cuadrados y veinticinco de altura desde la que contemplar al Choseluis darse la hostia cuando le quiten la silla de ventrílocuo que le han dado y tenga que invitar a los que se la han prestado por unos dias a botillo del Bierzo aderezado con habichuelas insustanciales de Nueva Caledonia, esquina Valencia de Don Juan, que no hay dios que las aguante. Mañana me compro unos zapatos nuevos y a la mierda con los que me empeñé el 14 M.

viernes, 14 de noviembre de 2008

En la cumbre de Washington van a echar de menos las almejas de Cazorla


Cuando Bush entró en la sala llena de sillas donde se colgaban las 843 delegaciones asistentes a la jodida cumbre del G1050 para tratar de imponer la cría de la cochinilla como alternativa a la crisis económica, no podía imaginarse que se le iban a terminar los canapés de búfala que le habia preparado Condoleza para que tanto cretino dejara de decir paridas y comenzase a soltar la pasta para la colecta del Dia de Acción de Gracias que se avecinaba y que este año todos, incluyendo Rajoy y señora, consideraban un coñazo de puta madre.

Se habia echado la noche y los generadores no conseguían dar la luz suficiente para impedir que Sarkozy dejase de meter mano a todo ser femenino que aparecía por allí y para que Berlusconi, que desde el primer momento llevaba un pedo de cazalla peleona que le impedia atarse los cordones de los zapatos, pudiera ajustarse el peluquín y evitar el pestilente olor a criadillas que le afloraba de los sobacos y que provocaba que a su alrededor sólo pudieran sentarse los representantes de Nauru y de la Guayana francesa. "Todo un espectáculo", se dijo para sí el sr. Rodriguez Zapatero, que habia intervenido durante cuatro segundos y medio y que habia encargado al gilipollas de Miguel Sebastián que le envolviese la silla en la que habia estado encaramado para que no se la volviesen a quitar en la puta vida.

Ya se daba por satisfecho el chico de León, por lo que, ni corto ni perezoso, se puso a pelar un plátano mientras intervenía el delegado de Ruanda-Burundi, que durante el desayuno se habia hecho muy amigo de la prima de Laura Bush que habia ido pidiendo recomendaciones para abrir una sala de karaoke en Des Moines, después de haber jodido el negocio del marido con las tragaperras que se habia traido del pueblo, bien aconsejada por su padre que era marino profesional.

La cumbre estaba alicaida de cojones y no habia forma de levantarla. Hasta que en un momento determinado apareció por allí Chelsea Clinton y empezó a cantar un pasodoble, mezclado con rancheras y bossa-nova, que levantó la moral de los presentes. Tanto, tanto que todavía siguen con la moral alta y con otras cosas también altas a la espera de que lleguen los miembros del G743 y se monte una bacanal de la hostia, como preludio de la que tendrá lugar la próxima semana en Argamasilla de Alba. El descojone, tú. Se dijo para sí Rodriguez Zapatero sin darse cuenta de que le estaban robando la silla los de Swazilandia.